Virgen del Carmen entrega su Escapulario a San Simón Stock

Ubicada en la capilla de la Virgen del Carmen dentro de la sede canónica de la Cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio, esta pintura del siglo XVIII es una representación clásica de la devoción a la Virgen del Carmen y su especial vínculo a la Orden de los Carmelitas.
Su ubicación en esta capilla refuerza la profunda devoción hacia esta advocación mariana, tradicionalmente venerada como protectora de los marineros y de todos aquellos que llevan su escapulario.
La pintura, enmarcada en un elaborado marco dorado con formas sinuosas y elementos barrocos, representa la escena de la Virgen del Carmen entregando el escapulario a San Simón Stock, un episodio fundamental en la iconografía carmelita.
En la parte superior de la composición, la Virgen del Carmen aparece rodeada de ángeles y sostiene en sus manos el escapulario, símbolo de protección y salvación. A su lado, el Niño Jesús también sostiene un escapulario, reforzando el mensaje de la entrega divina de este símbolo.
En la parte inferior izquierda, San Simón Stock, el prior general de la Orden del Carmen en el siglo XIII, recibe el escapulario con actitud de veneración. En el lado derecho, una monja carmelita, posiblemente Santa Teresa de Jesús o una religiosa carmelita destacada, aparece con los brazos extendidos en gesto de oración.
Los ángeles y nubes en la composición refuerzan la idea de una revelación celestial y del carácter divino de la visión de San Simón Stock.
La devoción a la Virgen del Carmen tuvo un gran auge en el siglo XVIII, consolidándose como una de las advocaciones marianas más veneradas en el mundo hispánico. El escapulario carmelita, según la tradición, fue entregado por la Virgen a San Simón Stock en 1251 como una promesa de salvación para quienes lo llevaran con fe.
Desde el punto de vista artístico, la pintura sigue los cánones del barroco tardío, con una composición dinámica y un uso del claroscuro para enfatizar la dimensión espiritual de la escena. La riqueza del marco dorado barroco que la rodea resalta su importancia dentro del conjunto artístico de la capilla.
Esta pintura forma parte del legado devocional y artístico de la sede de nuestra cofradía. Su presencia en la capilla de la Virgen del Carmen es un testimonio del fuerte arraigo de esta devoción en Ibiza y de su vínculo con la historia religiosa de la isla.
A través de esta obra, los fieles podemos contemplar la representación de una de las promesas más importantes de la tradición carmelita y reflexionar sobre la protección y el amparo que la Virgen del Carmen ofrece a quienes confiamos en su intercesión.
Invitamos a los cofrades y visitantes a detenerse ante esta pieza, no solo para contemplar su belleza artística, sino también para profundizar en el mensaje espiritual que transmite, recordando la promesa de la Virgen del Carmen a quienes confían en su intercesión.